jueves, 21 de junio de 2007

Voy a buscarte

A veces me desespero. Siento ganas de ir a buscarte. Quiero saber qué fue de tí. Dónde estás. Cómo estás. Pero no sé cómo hacerlo. Ni dónde podría empezar. ¿A quién le pregunto? Y me desespero. Deberías haber dejado una dirección. Un número de teléfono. No entiendo por qué tanto misterio. Me da rabia. Siempre hubo cosas que no supe de tí. Y aún es así. No sé dónde ni cómo estás o qué haces. No sé si eres feliz. Nunca lo supe en realidad. No sé si te acostumbras. No sé si para tí el cambio fue tan brusco como para mí. Y me desespero.

Me doy cuenta de que en toda una vida, no supe mucho de tí. Y después, sigo sin saber. Y quiero ir a buscarte. Pero dónde. Estás evitando los lugares acostumbrados. Porque ya he estado ahí. Y tú no estás. Era tan simple como que dejaras una dirección. Una indicación para buscar en un mapa y yo te aseguro que habría llegado. Tengo todas las ganas. Quiero hacerlo. Pero ¿cómo actuar? El cassette de Pin Pon que nos regalaste, decía que hay que actuar con "mucho método, método, método, método, mé- to- do". Puta. De a dónde lo saco. Tengo la energía y no sé cómo usarla para encontrarte. Hubieses dejado una lista con instrucciones para eso. Si dejaste para todo lo demás, ¿por qué no dejaste para encontrarte? Y me desespero. Me muevo. Grito. Canto. Bailo. Salto. Se me hace pequeño el espacio. Me presiona, me ahoga y tengo que detenerme. Y la energía y las ganas siguen ahí. Y se transforman en rabia, porque fueron frustradas. Fueron contenidas.

Tengo que encontrarte. Así mi cabeza va a dejar de funcionar un rato. Y me voy a detener por voluntad propia, no porque el espacio me quite libertad. La realidad no me deja ir a buscarte. No tengo tiempo para idear un plan. No me dejan. Me piden cosas. Que haga esto, lo otro. Y yo sólo quiero saber cómo encontrarte. Vacaciones. Ése va a ser el momento en que te busque de verdad. Me pongo mi mochila, junto mis cosas, los bototos más firmes, la ropa más abrigada y un montón de chocolates. Empanadas de pino también, por si te encuentro y tienes hambre. Un mapa del mundo y del cielo, en el que se vea cada nube con nombre y número, porque debes tener dirección. Un diccionario de cada idioma, porque le voy a preguntar por tí a todos. Y te juro que voy a buscarte. Espera a que tenga tiempo. Voy a encontrarte.

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