domingo, 23 de noviembre de 2008

mAmOna

Soy tan mamona... Me preocupo por ti...Aún tengo la esperanza de que alguien me espere con una sonrisa cuando llego. De que me llamen para saber cómo estoy.

Escribo cosas mamonas...me arrepiento después, pero es una forma de expresar de decir que no soy feliz todo el tiempo. Tengo pena, tengo susto, echo de menos, estoy insegura...y mil cosas más.

Oye. Ustedes no me ayudan. Y parece que yo no les ayudo a ustedes. Me da tanto miedo verte así, sin control de tus impulsos y tus músculos. Sin medirte en nada.

Verte ahí, tirada en la cama, sin moverte, con la ropa a medio poner, una copa de vino a medio terminar, y tantas pastillas como ropa interior tirada en el suelo...un montón de ropa en el suelo... No sé si es lo que me esperaba de ti. No sé cómo ayudarte.

Si me llevo la copa te enojas...Tengo que preguntarte a qué hora te levantas...para asegurarme de que vas a ir a trabajar, porque contigo así nunca se sabe.

Estoy harta de las peleas estúpidas que ustedes tienen. Harta de tener que someterme siempre a sus modos. ¿Quién se somete a los míos?

domingo, 6 de julio de 2008

Encuentro con Ojos Caramelo

Los ojos color caramelo me siguen intrigando. Despiertan mi curiosidad y me hacen estar alerta a sus miradas. Espero que alguna de ellas sea para mí.

Y yo sé cuando una de sus miradas es para mí, porque sus ojos destellan y se ponen sinceros y con ganas de acurrucarse en mis ojos que
esperan pacientes.


Cuando llega el momento yo quiero que dure para siempre, pero son sólo vistazos o miradas de reojo que yo igual agradezco.

Sé que sus ojos no son para mí nada más, porque hay más personas y más ojos que esperan su mirada.

Espero paciente a que sus ojos se encuentren con los míos. Espero por un instante de confianza, de desnudez y de cariño que me llene por algunos minutos.

Y tú sabes que te busco. Y juegas. Parece que me fueras a ver, pero desvías la vista a un punto cercano, dejándome a la espera.

Después hablas con otra persona, pero me ves a mí y yo me siento importante, porque tengo tu atención, aunque sea en parte.

Otras veces siento que me ves y cuando te miro, ya tus ojos se posaron en otro lugar.

El momento que más me gusta es cuando por fin me hablas y me miras a la vez, porque sé que eres todo mío y nuestro ojos hacen y deshacen entre sinceridad y sensualidad.

Hay sólo un momento que me gusta más que mirarte: el abrazo de despedida. Nuestras miradas no se encuentran, pero cerramos los ojos y nos encontramos, pensando en este instante perfecto.

sábado, 5 de julio de 2008

Aprender a vivir

Oye. No ha sido fácil. No es fácil. Sigue complicándome la vida esto de que no estés aquí. Todos los días tengo que volver a asimilar que no estás, que no me dirás guagüi, que no me dirás que yo voy a ser una gran profesional, ni que tengo que hacer redes sociales.

Desde tu partida tuve que aprender a vivir otra vez. Todos los días. No es fácil. No ha sido fácil. Cómo le explico a mis profesores, compañeros y amigos que no es que sea irresponsable, sino que llego tarde, porque tuve que aprender otra vez a guardar mis llaves, mi celular, mi billetera y mi BIP! antes de salir.

Que no me acuerdo de que tengo perro hasta que estoy a punto de salir y la veo ahí, muerta de hambre y sed, meneando su colita con cariño. Ahí me acuerdo de que hay que alimentar a las mascotas, sino, mueren de hambre y no es su culpa siquiera. Le doy comida a la perrita y aparecen las gatas, reclamando lo suyo. En eso, ya se me van cinco o diez minutos, porque no puedo evitar acariciarlas y hablarles mientras las alimento.

Después, salgo apurada, pero a los segundos, se me olvida que iba apurada y camino a paso normal y luego grotescamente lento, observando el mundo como si no tuviera nada más que hacer. Qué lindos colores, olores, llamativas personas, gestos, miradas, formas de caminar, todo me llama la atención como si nunca hubiese salido a la calle antes.

De pronto me acuerdo de que iba apuradísima y camino más rápido, pero ya da lo mismo, porque voy media hora atrasada igual. Y llego tarde y la excusa es que los remedios, que el sueño, que el metro, que mi hermana, que mi mamá... El punto es nunca decir la verdad: que sin tí, todos los días tengo que aprender a hacerme el ánimo de vivir.

miércoles, 16 de abril de 2008

Ojos de caramelo

Yo caí en ese lugar en tiempos de guerra. No sabía quiénes eran los buenos y quiénes eran los malos, así que decidí esconderme. Al parecer había caido en el patio de alguna casa y me escondí entre los matorrales que salían de una tierra que seca.

El sol calentaba bastante y atardecía. Mientras me acomodaba en mi escondite, oí que abrían la puerta de la casa. Salió un hombre de barba y pelo canoso, con un sombrero tipo vaquero. Llevaba una camiseta blanca sin mangas y bajo ella se asomaba su abultado vientre.

Venía caminando directo hacia donde estaba yo. Tenía el ceño fruncido y no sabía si era por el sol que le llegaba en la cara o porque me había visto. Sí, me había visto. Trataba de verme mejor a través de las hojas. Yo quería salir arrancando, pero me di cuenta de que tenía una escopeta.

No sabía si era mejor salir arrancando y que me pegara un tiro de inmediato o que me encontrara y me torturara o me secuestrara o me entregara a las tropas...¿enemigas? Ahí recién pensé que no sabía quién era el enemigo. En realidad esa guerra no era mía, así que no sabía a quién me podría entregar.

Me quedé tranquila y esperé. Deben haber sido los segundos más largos de mi vida. Me sudaban las manos, quería vomitar, me sentí mareada y me temblaban las piernas. Y él no llegaba. Me agaché y me agaché, como tratando de desaparecer. Y él no llegaba. Cerré los ojos y esperé lo peor.

Sentí una mano grande y tibia en mi hombro. Abrí los ojos y vi su cara, tenía los ojos grandes y me miraban sin entender. Me habló en un idioma que yo no había oído nunca. De alguna forma, su presencia me calmó. Gritó algo hacia adentro de la casa y salieron una mujer, también canosa y morena y un joven que no pude ver muy bien, hasta que lo tuve frente a mí.

Me ayudaron a pararme y al parecer me preguntaban si me pasaba algo. Me sostenían. El joven moreno y alto se me acercó de pronto y me miró a los ojos. Su mirada castaña clara me hizo recordar el caramelo. Y me seguía mirando y yo seguía hundiéndome en el caramelo. Su mirada me absorbía. Y sus manos fuertes me mantenían en pie.

Me tomó de la mano y nos acercamos a un género rojo. Lo levantó y había un lienzo que tenía colores amarillos, azules y rojos. Había dibujos que parecían hacer alusión al viento. Había una imagen que parecía ser de un hombre y una mujer tomados de la mano.

Yo no sé cómo me di cuenta de que yo era la elegida. No entendía su idioma, pero supe que ese lienzo debía ser descubierto cuando apareciera yo. Ahí entendí todo. El destino me había llevado hasta allá. Yo era la mujer de ese joven ojos de caramelo. Y me sentí tan tranquila que me dejé llevar.

Comenzó a moverse ese pedazo de género. Era como un baile. Y nosotros bailábamos con esas imágenes, sobre esa tierra seca, con ese sol naranjo. Dábamos vueltas y vueltas y no me sentía mareada, sólo tranquila, en calma. Tenía un centro: él.

Él era mi centro y yo era el suyo. Y yo estaba tan feliz que no me importó haber aparecido tarde. Él estaba comprometido y su novia apareció de pronto, sin que me importara de dónde. Era morena igual que él y pequeña, llevaba una túnica azul marino y una manta cubría su cabello negro.

Ella sólo nos miraba y no era mala. Se notaba en sus ojos que lo amaba. Pero él no a ella. Tenían un compromiso y no podía romperse. Así eran las cosas ahí.

Yo me devolví a mi tierra. Me esperaban los cerros verdes y los árboles frondosos. Volví durante un atardecer de esos frescos, con el viento moviendo las copas de los árboles. Uno de esos atardeceres que invitan a leer abrigada bajo un árbol o tomar té con galletas de caramelo.

Y volví a mi vida de siempre. Con mi familia de siempre. Mi casa de siempre. Los problemas y desafíos de siempre. Con la tranquilidad de siempre.






martes, 15 de abril de 2008

Hospitales y consultorios repartieron más de 18 mil "píldoras del día después" durante el 2007

Los servicios de Santiago, Viña del Mar, Ñuble, Talca y Valdivia repartieron más de mil cajas cada uno. Las principales explicaciones para pedir la "píldora del día después" son la ruptura del preservativo, olvido del anticonceptivo oral o relaciones no previstas. La mayoría de las mujeres que la pide tiene entre 18 y 24 años. En la Región Metropolitana se repartieron 7.228 cajas y más de 18 mil en todo el país.

La Posta Central entregó la "píldora" a unas 120 mujeres durante el 2007, según el Servicio de Salud Central. El jefe de urgencias, Carlos Fariña, afirma que se las compromete a ir a un servicio de ginecología. Seguirá repartiendo la píldora hasta que haya una resolución oficial del Tribunal Constitucional.

El Centro de Salud de Renca atiende al 61% de la población local y les dieron la "píldora" a 95 mujeres durante el 2007 y la mayoría tenía entre 17 y 18 años. Hay seis matronas que hacen una consejería para que las pacientes comiencen a cuidarse regularmente. La directora del consultorio, Deisy Sánchez dice que es extraño que aparezcan con sus madres y cuando ha habido abuso sexual, suelen ir con ambos padres.

En el Consultorio de Talca se entregaron 154 dosis durante el 2007. La mayoría de las pacientes son universitarias. Explicaron que tres estudiantes iban casi todos los fines de semana, también llegaron adolescentes después de la graduación del colegio, incluso con vestido de fiesta.

En el Hospital de Los Ángeles se concentra el 50% del total de entregas del Servicio de Salud del Bio Bio, con 640 dosis. La mayoría de las pacientes tiene entre 19 y 35 años, es de clase media o baja y la pide, porque ha tenido relaciones sexuales sin protegerse. La encargada del programa de Mujer, Ana López, afirma que entran con vergüenza de pedir la píldora.




jueves, 3 de abril de 2008

Caperucita Hipertextual


"La increíle pero cierta historia de la Caperucita Roja" se trata de la historia de la Caperucita, pero contada como un delito, desde el punto de vista de cada uno de los involucrados. Ellos son interrogados por un detective y cada uno va contando su versión de los hechos.


La historia es hipertextual, porque no sigue un orden lógico- temporal. Empieza con la escena en la que Caperucita llega a la casa de su abuelita. Ahí encuentra al lobo disfrazado, haciéndose pasar por la anciana. La niña la encontró diferente. Empezó a preguntar por sus orejas tan grandes, la nariz tan grande y la boca tan grande, cuando repentinamente la abuelita que estaba amarrada, salió del clóset y cayó al suelo. El leñador entró acto seguido al escuchar todo el estruendo. En ese momento se detiene la acción.


Luego nos encontramos con la "escena del crimen". La casa de la abuelita ha sido acordonada por la policía y todos son sospechosos del crimen. El lobo intentó comerse a Caperucita, amarró a la abuelita y el leñador irrumpió en una propiedad privada. Un detective con forma de rana hace su entrada.


Caperucita fue la primera interrogada. Empezó a contar su versión de los hechos. Desde que salió de la casa con los pasteles y pasó por el bosque y cómo fue seguida por el lobo, según ella dijo.


Después interrogaron al lobo y él empezó a contar su versión de los hechos. Dijo que lo que había contado Caperucita era mentira y contó una historia muy diferente. Según él, ella lo había golpeado y sabía artes marciales. Entonces se repiten nuevamente los momentos que Caperucita había relatado, pero esta vez desde una perspectiva diferente.


Cada personaje va aportando su punto de vista para conformar la historia. Son cuatro historias paralelas simultáneas que son relatadas en distintos tiempos. Cada uno dice cosas diferentes, alguien debe estar mintiendo, pero no se sabe hasta el final de la película. Mientras, el espectador va participando, tratando de adivinar quién dice la verdad y de formar la historia en su cabeza como un todo, visto desde diferentes lugares.


Además, mientrás están relatando sus versiones, hay varias idas y vueltas al pasado, saltos cortos hacia atrás y devuelta al presente, lo que hace que tenga menos orden lógico temporal.


El relato no es lineal, hay varias historias, con cuatro aristas y el espectador participa en cierta medida tratando de conformar la historia completa en su mente. Por eso "La increíble pero cierta historia de Caperucita Roja" es hipertextual.

jueves, 27 de marzo de 2008

Chivo Yutronic quedó detenido

Cuando se me cayeron los temas de 31 Minutos y James Bond... bueno, cuando los botamos, empezamos a pensar en qué otra cosa podía cubrir para la radio.

Nos acordamos de la corrupción. Obvio. Fui al Centro de Justicia a ver en qué estaba lo del Registro Civil, porque en el edificio del Ministerio Público estaban declarando las empresas Quintec y Adexus. Claro que eso no lo
supe hasta hoy.

Mientras esperaba afuera del edificio, empecé a preguntar a otros periodistas si sabían quién estaba declarando. Nadie sabía nada. Y todos muy tranquilos. Un camarógrafo empezó a tratar de bajonearme, diciéndome que a los nuevos periodistas los explotan y sobreexplotan y que los camarógrafos ganan más que ellos y que si yo quiero tener familia no puedo tener un trabajo así: trabajan de la mañana hasta la noche, toda la semana, fin de semana y festivos.

Se me ocurrió acercarme a dos periodistas de faldita y chalitas que estaban sentadas en un peldaño que hay fuera de la oficina de informaciones. Les pregunté si sabían algo. Me dijeron que no. Volví a preguntar. Me dijeron que no, que de verdad no sabí
an ni tenían nada.

Me senté al lado de ellas para escuchar de qué hablaban, cuando escucho algo así como "en la mañana, cuatro galletas de agua, una tostada y una manzana chica". Agudicé más mi oído, porque al otro lado estaba sentada una familia con un niño chico. Tomaban vino en botella, tenían la voz áspera y hablaban cada vez más fuerte, sobre todo la mujer que repetía que a ella no tenían por qué llevarla pa' adentro.

Agudicé mi audición y escuché que pasaban por todos los días de la semana, repitiendo distintas comidas en diferentes cantidades. ¡¡¡Oh por Dios!!! Era una dieta. "Hay que sacrificarse poh hue'ona", decía la que dictaba, a la otra que tiritaba de risa. De ahí no iba a sacar nada en limpio así que me paré.

Aparecieron dos caballeros muy apurados. Terno y cor
bata, con el tremendo sol que había, por eso me llamaron la atención. De repente capté que todos los periodistas los seguían y también las cámaras. Yo, seguí al ganado, estiré mi brazo con la grabadora en mano y corrí tras ellos.

No saqué nada, porque los tipos no hablaron. Igual yo no pregunté nada, si ni sabía quiénes eran. Después le pregunté a otra periodista quiénes eran y me dijo que era Andrés Contardo, el ex asesor del Registro Civil y de la empresa Tata. Por su doble asesoría se cuestiona el contrato de US$80 millones que tiene Tata con el Registro Civil, para la nueva plataforma tecnológica.

Después, estaba mandando mi pata por teléfono, para que presentaran mi despacho en el noticiero de las 14 horas, cuando veo a un tipo de cara y cejas familiares: ¡¡¡Yutronic!!! Corté y lo seguí, con todos los demás periodistas. Entramos al Tercer Juzgado de Garantía, dejamos a un lado nuestras cosas para pasar por el detector de metales, todos empujándonos, con cámaras y grabadoras colgando, pidiéndole a los guardias que se apuraran.

Pasamos con éxito el portal y subimos al ascensor como diez o más personas con equipos y todo hasta el séptimo piso. Ahí estaba Dante Yutronic, el dueño de la Casa del Espía, quien declaró que él no era culpable de nada en el asesinato del martillero público Jaime Oliva, que el verdadero culpable está en la clínica y que él es un chivo expiatorio en este caso. Prometió hablar después si todo salía bien.

Iba a ser formalizado por los delitos de violación a la Ley de Telecomunicaciones y a la Ley de Inteligencia Nacional. La primera la violó al interceptar conversaciones telefónicas de Oliva y la segunda cuando usó equipos de espionaje de inteligencia para sus propios fines.

Mientras en la sala los fiscales, Vinko Fodich y Patricio Caroca, argumentaban por qué Yutronic debía ser detenido, varios periodistas afuera veían el partido de Chile vs. Israel en una tele chica. Desde adentro se oían los "¡Uuhh!" y "¡Oohh!" por cada jugada buena o mala. Yo alcancé a quedar en la puerta, así que escuchaba de adentro y de afuera, así que no me hice la idea completa de nada.

No sabía el nombre de los fiscales, ni del abogado defensor, ni de la otra persona que iba a ser formalizada con Yutronic, Abraham González, quien lo ayudó a interceptar teléfonos. A él lo hicieron ir a firmar todas las semanas a Ñuñoa, le prohibieron salir del país y también comunicarse con cualquiera de los imputados.

Yutronic, en cambio, quedó en prisión preventiva por ser considerado un peligro para la seguridad pública.

A la salida yo corrí con mi grabadora detrás de las cuñas, sin ni siquiera saber quién estaba hablando. Obtuve las cuñas de Vinko Fodich, el abogado defensor, Fernando Oliva, hijo de Jaime Oliva y de Héctor Musso, abogado querellante de la familia Oliva. Y yo, ¡no lo sabía!

Llegué de vuelta a la U sin saber qué cuñas usar. Así que las pasé todas completas y decidí cortar después. Un cuarto para las siete (hora de inicio del noticiero) estaba recién averiguando qué cuña era de quién. Muuuy lenta yo. No tenía libreto, me puse nerviosa y mandé mal las cuñas, borré una y a la otra me quedó con el nombre mal puesto, así que nbo salió.

Salí sin libreto, conté las cosas de las que me acordaba, porque las leí en Internet: que va a estar detenido por 120 días en la Cárcel Capitán Yavar, mientras dura la investigación. Repetí lo que dijo Héctor Musso (la cuña que no salió), que los delincuentes tienen que ir a la cárcel y que estaban satisfechos con lo logrado. Tiramos las cuñas de Yutronic y su abogado defensor, que decía que el culpable está en la clínica y el que es formalizado es el inocente. "Así es la ley", decía con voz de picado.

Tartamudié, hubo un silencio de varios segundos y a lo mejor me equivoqué en algunos datos y otros me faltó darlos...pero como dijo un perito judicial con el que conversé durante la formalización, soy nueva en esto, así que tengo harto que aprender.

31 Minutos se lo perdió


Ayer tuve Taller Radio. Toooodo el día. Tuvimos pauta a las 8:30 de la mañana. Mi profe, Carlos Costas, me mandó a cubrir 31 minutos y James Bond. Eso estaba haciendo noticia, dijo él.

A las 10 de la mañana me di cuenta de que no iba a ningún lado. 31 Minutos se estrenaba hoy jueves 27 de marzo y ayer era la avant premier. Estuve buscando en Internet los números de teléfono de los creadores Pedro Peyrano y Álvaro Díaz y no encontré nada.

Lo único que encontré fue el número de teléfono de Aplaplac, la productora de 31 Minutos. Para mi sorpresa, ¡¡¡el número estaba fuera de servicio!!! No pude hacer más que reírme ahí mismo. Es que no se puede. Cómo ubicas a los tipos entonces.

Busqué información en Internet para ver de qué podía hablar de ellos. No habían novedades, salvo que ayer era la avant premier, pero era después de la hora del noticiero. La película se grabó en escenografías gigantes en Cerrillos, algunas escenas se grabaron en Brasil, las escenas de playa se hicieron en una playa nudista, el yate de Tulio es de verdad. Nada que no se supiera de antes.

La película es la más cara del cine chileno: costó dos millones de dólares. Caleta de dinero, ¿no? Además ya fue doblada al portugués, porque se va a estrenar en Brasil y otros países de por estos lados, conocidos como Latinoamérica. También en España, donde se hicieron los efectos.

Una peli de ésas que recorren el mundo. Yo quiero ir a verla. ¡De más! Creo que debe ser súper original y con esas típicas salidas que tienen los monos que hacen que uno piense: "¡A mí me ha pasado eso!", y se cague de la risa.

Sí, no me la puedo perder y creo que los demás tampoco, pero por más que traté de ubicar a estos gallos, no los encontré por ningún lado. Hoy supe que ayer estuvieron en el Buenos Días a Todos, de TVN, haciendo anticuestionarios a los animadores. Incluso, Juan Carlos Bodoque ponceó con la Tonka. Después la noticia va a ser con quién NO ha ponceado esta mina.

Por más que yo quería decir algo sobre ellos, no pude. Creo que fue más su culpa que la mía. Se perdieron el placer y orgullo de oír sus nombres y el de su producción salir de mi boquita carmesí de estudiante de Periodismo, a través de la señal de RadioUC.
Ellos se lo pierden.

El tema de James Bond, tampoco daba para mucho. La idea era que yo hablara con actores y directores conocidos, sobre Bond, James Bond. Tenía que preguntarles sobre la opinión que tienen de él, qué piensan de que el Desierto de Atacama, sea mostrado como Bolivia en la película. Busqué algunos número de teléfono y al llamar no existían o estaban fuera de servicio. Otra funa. También se me cayó el tema y el tiempo no se caía nunca, avanzaba y avanzaba.


martes, 25 de marzo de 2008

Remodelación


Ya estaba bueno un cambio. Tanto tiempo igual, uno se aburre. Incluso yo, que soy fanática de la rutina. Pensé un ratito y le cambié los colores al blog. Hasta me digné a poner un mono y cambiar tamaños de letras.

Hace tiempo que vengo remodelando cosas. He renovado mi clóset (de a poco, eso sí). Además el otro día se me ocurrió cambiar mi cama de lugar para que la cabeza me quedara del lado de la ventana y la televisión frente a mí. Ahora cuando leo en la cama me llega harta luz. Colgué otra vez mi pizarra acrílica para anotar las cosas que me importan.

Ahora quedó un espacio para apoyarme en la ventana y mirar al patio. Afuera está la piscina, que nos hemos negado a vaciar, porque sería aceptar que entramos a clases. Ahora me paso el día leyendo las noticias en Emol, La Tercera, TVN y Canal 13. Siempre actualizada. Ya no puedo desconectarme de la realidad y leer novelas tristes y románticas todo el día.

No me quejo, me gusta estar conectada y perderme de las menos cosas posibles. Soy metiche y me gusta hablar. Más me gusta que me escuchen, aunque me hago la tonta para no caer como combo en la guata.

En fin, cambia todo cambia.

domingo, 10 de febrero de 2008

Flores bordadas

Todos los días me levanto a las 7 en punto. Debe ser la costumbre. Me lavo la cara, me mojo un poco el pelo y me hago la partidura al lado derecho. Me lavo en la ducha, pero por partes, porque hay que ahorrar agua. "Nunca se sabe", decía mi mamá. Me saco mi camisón rosado claro y me pongo alguna de las faldas que tengo. Me gusta una negra, con pinzas, que tiene flores blanchas al final. Arriba me pongo alguna blusa. Si se nota que va a hacer calor, de manga corta, o sea, hasta el codo y si va a hacer frío, de manga larga. No uso polera, porque mi mamá decía que hay que estar vestida como una dama.

Después, prendo la tele. Mientras dan las noticias, me quejo, porque hay siempre puras tragedias. Tan malo que está el mundo de hoy. Medio cansada ya, camino lento a la cocina para preparar mi desayuno. Antes, preparaba para tres, pero ahora estoy sola. Así que la tarea es más corta: una taza de té bien cargada y un pan tostado con margarina. Sí, margarina, porque estoy a régimen, como le dicen. Llevo las cosas a la mesa y para darme un gusto me como las galletas de soda que me quedaron del día anterior. Las remojo en té. Lo hago desde que vi a mi abuela Mercedes haciéndolo. Si ella lo hacía, era porque era bueno.

Estoy sola. Miro alrededor y estoy sola. No está mi mamá para pedirme que la tape con un chal, ni mi papá para que le sirva más té. Siempre los atendí. Mis hermanos se fueron yendo de la casa uno a uno. Todos casados. Yo nunca me lo cuestioné y a nadie le pareció raro que yo hiciera mi vida en la casa, porque era bueno que hubiese alguien para cuidar a los papás.

No me imagino una vida fuera de estas paredes llenas de polvo y telarañas. Debe ser difícil y yo no pude sacar ni el cuarto básico. La profesora me retaba, porque yo era más lenta y me costaba hablar. Todavía me cuesta. Tartamudeo mucho. Incluso cuando hablo sola, para no aburrirme. Y todavía me retan. Vienen mis hermanos y me dicen que por qué tengo tanto cachureo, que no me baño y que estoy gorda. Yo no me imagino la vida sin sus retos. Debe ser porque me quieren.

Algunos días a la semana voy al centro de madres y bordo. Me enseñaron a bordar. Hago flores y mariposas, con hartos colores. Para eso sí soy buena. Después cuando estoy en la casa, a la hora que dan la teleserie, bordo mientras la veo y alego contra el hombre malo, que nadie sabe que es malo, excepto yo, porque lo veo desde fuera.

En eso me entretengo ahora que estoy sola y veo fotos y monitos de yeso. Me cuesta moverme. Me canso, porque estoy gorda. Todos me lo dicen. Me entretengo, bordando y viendo tele. Cuando bordo siento que construyo algo. Así como mis hermanos construyeron casas, matrimonios, hicieron hijos, armaron empresas... Hago algo, bordo. Y lo hago bien. También repaso una y otra vez mi vida con mi mamá y mi papá y la de los demás. Me sé todas las fechas de memoria y he visto todas las fotos que hay en la casa. Lo que repaso de mi vida sola, de ahora, son mis bordados. Me entretengo. Al final del día me pongo mi camisón y me acuesto sola, pensando en qué flor voy a bordar al otro día.

martes, 29 de enero de 2008

Prestado

Y sigue caminando.

Piensa en qué es lo mejor para ella.

Como siempre.

Egoísta. Se sabe egoísta.

No lo puede evitar.

Él la observa desde algún lugar.

Ella sabe que él no está orgulloso, pero qué más se puede pedir.

No es él el que se quedó aquí.

No es él el que lucha día a día.

No es él el que combate, el que se ahoga, el que sangra, el que llora, el que se corta, el que se hace sufrir, el que daña ese cuerpo prestado.

Si al final es prestado. Igual que todo. Igual que él.

Por eso se fue.