martes, 29 de enero de 2008

Prestado

Y sigue caminando.

Piensa en qué es lo mejor para ella.

Como siempre.

Egoísta. Se sabe egoísta.

No lo puede evitar.

Él la observa desde algún lugar.

Ella sabe que él no está orgulloso, pero qué más se puede pedir.

No es él el que se quedó aquí.

No es él el que lucha día a día.

No es él el que combate, el que se ahoga, el que sangra, el que llora, el que se corta, el que se hace sufrir, el que daña ese cuerpo prestado.

Si al final es prestado. Igual que todo. Igual que él.

Por eso se fue.