sábado, 16 de junio de 2007

Se buscan y no se encuentran

Él piensa a veces en ellas. Las va a ver, pero ellas no lo saben. Piensan que se fue. A veces piensan que podría estar cerca. A veces le da rabia estar ahí. Él no quería ir. Se lo llevaron a la fuerza. Lo hicieron abandonar lo que amaba. Lo dejaron en el vacío. Sin nada que hacer más que contemplar. Nada de acción. Le gustaría estar junto a ellas y hacer que dejaran de llorar. No quiere estar ahí, viendo a quienes ama llorar, sufrir, retorcerse de dolor. No quiere que lo olviden, pero no quiere que lo recuerden, porque ve que duele. Les duele. No puede hacer nada. Qué impotencia no poder estar de verdad. Qué impotencia estar tan cerca de ellas, sin que ellas lo noten. Qué pena que no lo noten. A él le gustaría hablar con ellas. Decir que no fue a propósito que lo perdonen por el dolor. No hay nada que hacer. Él también sufre, porque las tiene cerca, pero no las puede abrazar. Algo pasó a su cuerpo inconsistente. No quiere verlas llorar, ya no aguanta más. Qué impotencia sienten ellas. No haber podido hacer nada. No haberse dado cuenta. Qué ganas de haberse abrazado más.

A él le apena no haber aprovechado el tiempo. Ahora es tarde. A veces se olvida un poco y vaga. Contempla. No sabe bien qué hacer. Ésto es aún nuevo para él. Se siente perdido. Se siente culpable. Vuelve a lo mismo. Qué impotencia. Por qué no puede dejar de ser un escalofrío en sus espaldas, un no sé qué, un sentir algo raro. Quiere dejar de ser una pequeña brisa. Una presencia- ausencia. Un pequeño aire que se cuela por los espacios. Que busca grietas para entrar y tratar de envolverlas. Quiere estar. Ser. No puede. No hay vuelta atrás. Todo se fue a la mierda. Es demasiado tarde ya. No quiere verlas llorar. Pero sabe que es por él. Él sufre por eso. Quiere dejar de causar daño. Ellas lo extrañan. Como nunca. Cada día más. Buscan formas de sentirse cerca de él y no resulta. Ellas se quedan en blanco. Se estancan. S atolondran. Qué viene ahora. Dónde ir. Quién sabe. Ni él ni ellas saben qué hacer.

Él y ellas sufren, se convulsionan de dolor, se marchitan, se secan, se apagan, se acaban, se hunden, se revuelcan, se anestesian, se olvidan por un momento. Pero cuando el recuerdo vuelve, vuelve el retorcijón, eso extraño, algo se revuelve, algo quiere salir, algo quiere entrar. Por qué. Por qué. Por qué. No es justo para él ni para ellas. Quién tiene el derecho a quitarte la vida? Nadie. Si es tuya. Tu deberías decidir. Él no pudo decidir. Se lo llevaron. Le venían avisando hace tiempo y él luchaba contra eso, porque era su vida. Que por qué, por qué, por qué. A ellas les hace falta. También estaban avisadas hace tiempo, pero omitieron la advertencia de su cabeza, era mejor vivir como si nunca fuera a pasar. Como si todos fueran a estar juntos siempre. No querían pensar en cómo sería después.

Ellas lo extrañan y hoy el dolor es más grande. Hicieron lo que se pudo, pero no fue suficiente. Se apenan, lloran, se enrabian y odian. No es justo que hayan sido separadas de él. Uno debería tener la libertad para tomar esas decisiones. Ellas lo extrañan. Y no hay remedio para eso. ÉL las extraña y para eso no hay consuelo. Ellas se aturden, chocan entre ellas, rebotan a todos lados y vuelven donde mismo. Hacen caminos para deshacerlos. Es que la vida sin él no es lo mismo. Qué ganas de tenerlo con ellas. Él y ellas no volverán a estar juntos. Sufrirán por siempre. Gemirán por siempre. Nunca sabrán qué hacer.

Y quizás cuando exista la posibilidad de volver a estar juntos, mucho tiempo más adelante, él se haya perdido y ellas no lo encuentren. Y seguirán buscándose y esperándose y llorándose y sufriendose por siempre. Porque él estará por ahí vagando. Y ellas lo estarán buscando. Se extrañáran y se harán falta. Pero nunca más podrán sentirse, tocarse, olerse, hablarse, mirarse. Nunca más. Y se hacen falta. Y se extrañan. Y se necesitan. Y se hunden, se pierden, dan vueltas en círculo y chocan. Y no se encuentran y no se encontrarán. Llorarán y gemirán. Y sufrirán y se buscarán sin encontrarse.

1 comentario:

Jessica dijo...

Algo pasó a su cuerpo inconsistente.



algo pasó
nada pasó

sí, un abismo pasó

yo también
ahora
lagrimeo

me pregunto cuándo dejan de doler las grietas