Me encanta conversar contigo. Mirarte. Sentarme junto a tí. Me gusta que te rías de lo que digo. Que te burles de mí. Que inventemos planes para el futuro. Planes imbéciles, sólo por el placer de inventar. Si supieras que me encantas... se acabaría. Ya nada sería igual. Me gusta que me mires y que te pongas nervioso cuando devuelvo la mirada. Y ves hacia otro lado y yo también. Y vuelves a mirar y te descubro otra vez. Es un juego que se repite todos los días. Qué viciosos.
Me gustan los juegos. Sobre todo esos en los que yo pongo las reglas. Sobre todo los que no necesitan que los participantes se pongan de acuerdo, porque las cosas sólo fluyen. A veces creo que estoy jugando sola. Pero de pronto, respondes en los códigos de mi juego y sé que tú también juegas. Yo tengo mi juego contigo. Tú tienes un juego conmigo. Y somos egoístas, porque tenemos juegos paralelos y no queremos compartirlos. Es mejor así. Yo pongo mis reglas, tú pones las tuyas. Nadie discute.
Si juntáramos las fantasías que tenemos en la mente, sé que vamos a estar en desacuerdo. Y yo no voy a querer dejar de jugar el juego como a mí me gusta. Tú vas a querer tener tus reglas y jugar como lo has hecho hasta ahora. Nos separaríamos y no podría jugar más contigo, porque aunque es MI juego, necesito que estés TÚ para jugarlo. Y no quiero dejar de hacerlo. Ya estoy en una de las etapas más avanzadas. No sé si tú en tu juego tienes etapas como las mías, pero no creo que quieras dejar de jugar. Te gusta. Se te nota cuando me miras.
Si dejo de jugar, voy a destruir todos los castillos en el aire armados y conseguidos hasta acá. Mi puntaje va a quedar en cero. Soy muy mala perdedora. Si tú dejas de jugar, vas a perder. Y no puedes tolerar la derrota. Si mezclamos los juegos, vamos a tener que reiniciarlo si es el mismo. Si son distintos, vamos a tener que sacar uno nuevo de los dos. Eso tomaría tiempo, tiempo que no estoy dispuesta a dar. Prefiero seguir jugando sola, porque avanzo más rápido y no paso malos ratos.
Creo que perdiste. Dejaste de mirarme y hablarme. Estás lejos y si yo no estoy, no puedes jugar. ¿No quieres jugar más? Parece que sí podías tolerar la derrota. Obvio, si encontraste otro juego. Me podrías haber avisado, porque si tú dejas de jugar conmigo, entonces me obligas a buscar a otra persona para jugar. Porque este juego es sólo contigo. Qué egoísta eres. No pensaste en ningún momento que si tú dejabas de jugar, me ibas a dejar a mí sin diversión y con el fracaso a cuestas. Y yo, soy muy mala perdedora.
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1 comentario:
Y si el viento hoy sopla a tu favor...
Yo no te guardare rencoooor oorrr ...
Claro que se perder,
No sera la primera vez,
Hoy te vas tu, mañiana meire yoo ooo....
Sere un buen perde dor...
El mundo no cambia ra...
Alguien sin duda hoy ocupe tu lugaaaaaaaaaaaaaaaaar.
zizi
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