martes, 28 de agosto de 2007

Crónica: Llegada de ex vocalista de Cranberries a Chile

Sí, sí...mañana hay un gran tema: MOVILIZACIÓN CUT. Pero yo vivo en mi mundo, con mi tiempo, mis horas y qué. Así que subo mi crónica de la semana pasada por si alguien la quiere leer y criticar. Todo el rato bienvenidas críticas. Quiero aprender, para que sepan. Es de Taller I: Prensa Escrita con Cristóbal Edwards. Nota inicial: 5.8. Nota final: 5.3 (falta literal, pero como el profe es buena onda, me bajó medio en vez de un punto entero).

22 de Agosto, 2007
Dolores O’Riordan en Chile
Los fotologs y blogs agruparon a los fanáticos
Alegando poca publicidad, varios fans crearon sus propios sitios para informar sobre el evento. Feria Ticket dice que casi el total de las 6.000 localidades, están vendidas. Hoy un grupo de 12 ó 13 fanáticos recibieron a Dolores en el Aeropuerto de Santiago.

Google. Dolores O’Riordan en el buscador. La primera página que aparece es http://www.192.cl/blog/dolores-oriordan-visita-chile/. ¡CLIC!. “Dolores_ en _Chile” dijo: DEBIDO A LA POCA PROMOCION DE ESETE GRAN CONCIERTO, NOS HEMOS PROPUESTO HACERLO NOSOSTROS MISMOS, LOS FANAS.. GRACIAS A ESTO, HEMOS LLEGADOS A PARTE DONDE NADIE SABÍA Y QUEREMOS SEGUIR HACIENDOLO..LOS INVITAMOS A VISITARA ESTOS FOTOLOGS.
http://www.fotolog.com/dolores_en_chile http://www.fotolog.com/doloresoriordan%20- PARA AYUDARNOS A DIFUNDIR ESTO..SALUDOS A TODOS. [sic] Ése es uno de los varios comentarios hechos por los fanáticos de Dolores en distintos sitios web.

Andrés Arenas (22) es un fan moreno y de grandes ojos castaños. Tiene toda la discografía de los Cranberries Fue el primero en subir a su blog la noticia de la visita de la cantante. Es de Talca y pagó $3.500 para llegar a la capital en bus. Anoche se quedó en la casa de un amigo y hoy fue a recibir al Aeropuerto de Santiago a la cantante irlandesa. Mañana, jueves 23 de agosto, dará un concierto a las 21:00 horas, en el Teatro Caupolicán. Viene a promocionar su primer álbum como solista: “Are you listening?”.

“Poca promo”
Andrés dice que el 14 de julio pasado supo de la visita de Dolores a Chile. Su viejo sabía que le gustaban los Cranberries, porque cuando era chico le compraba los casetes y los CDs. Por eso, cuando vio la noticia en El Mercurio, le contó. En cuanto supo, Andrés subió la información a su blog personal y después hizo un fotolog sólo para promocionar el evento.


Roxana Osorio (22) también creó su propio sitio para informar sobre el concierto. “Mi fotolog siempre fue Cranberrita y me hice otro, como especial”. Hace dos semanas se formó un grupo entre quienes lo visitaban y comentaban las fotos y noticias. Hacían conversaciones grupales por Messenger.

“Había muy poca promo”, dice serio Andrés. Por eso empezó a hacer flyers con Franco Benavente (18), que ya se había hecho un fotolog cuando se lanzó el disco, en mayo pasado. Los subían a sus sitios y les pedían a quienes los visitaran, que los subieran ellos también.
Roxana ha visto sólo el flyer de Feria del Disco y el del sitio web oficial de Dolores. Francisco Matus (24) dice que él llamó a la productora DG Medios, a cargo del evento para saber más. En prensa, Elisa García, le dijo que no sabía nada de la agenda y sólo le podía decir qué día llegaba.

Elisa se enteró de las quejas de los fans por la poca promoción y de la creación de los fotologs para promocionar el evento. Ella dice que no es verdad que hubo poca publicidad. “Ha salido en varios medios”, afirmó tajante. Dice que por algo se vendieron todas las entradas: “En el Teatro no va a caber ni un alfiler”.

“Junta”
A Roxana se le ocurrió hacer una “junta” y organizarse. En ese momento “apareció el Pancho”. Francisco Matus fue Presidente del Funclub de The Cranberries. Por eso, Roxana pensó que él sabría cómo organizar gente.

La semana pasada, se juntó un grupo de cerca de 20 personas en la casa de un fanático. Quedaron de acuerdo para mandar a hacer poleras con fotos de Dolores. El lunes partió Francisco y varios más a cotizar en distintos lugares. Mandaron a hacer las poleras en un local y les salieron $3.000. Dejaron el modelo ahí, para que quien quisiera fuera y la pidiera. “Entonces, el que llegue, hace su polera ahí mismo ¿Y cuánto te demorái? ¿Diez minutos?”

Hoy Francisco recibió un mail de la productora DG Medios. En él se le avisó la hora en que llegaría la cantante. También decía que quizás habría un encuentro exclusivo entre Dolores y los fanáticos, durante la tarde.

Varios de los fans se juntaron a las 11 de la mañana en Los Héroes, para ir al Aeropuerto. Fueron con sus poleras blancas, con una foto de Dolores en la parte de adelante y un collage, atrás.

Eran cerca de 10, dice Clara Fercovic (20), quien estaba en el grupo que fue hoy al Aeropuerto. Llegaron allá como a las 12:30. A las 13:30, seguían esperando con carteles de cartulina y un fan más que sumó después. No había prensa a la vista.

Con cerca de 40 minutos de retraso llegó el vuelo de Dolores O’Riordan a Santiago. Había unos 12 ó 13 fanáticos esperándola y un fotógrafo de El Mercurio.
Ella apareció con luciendo un nuevo look: el pelo corto, como antes. Llevaba una chaqueta negra, unos pescadores y suecos con taco color mimbre. Venía acompañada de su esposo y su banda. “Muy simpáticos”, dijo Clara con la voz agitada, refiriéndose a los músicos. Se acercaron a
saludar a los fans.

¿Y el descuento?
Las entradas cuestan $10.800 en Platea alta, $16.200 en Platea baja, $18.000, en sector Golden, $27.000 en Palco. Más recargos por servicio, según dónde o cómo se compren.
Elisa García, dice que están agotadas, pero en el sitio web de Feria Ticket, aparecen disponibles los sectores Golden y Palco Principal, en el que quedan cinco lugares.

Jimmy Leal, ejecutivo de Feria Ticket, dice que de un total de 6.000 localidades, quedan cerca de 800 sin vender, por lo que lo más probable es que mañana se terminen de vender en el Teatro Caupolicán.

Hasta el 16 de agosto, durante la preventa, había un 20% de descuento. Andrés compró su entrada el primer día. Por alguna razón, no se estaba haciendo la rebaja al comprarla por Internet. Pagó $22.000 con la tarjeta VISA de su papá por una entrada en sector Golden, el más cercano al escenario. Debió haber pagado $17.600. No pudo recuperar la plata, porque en Talca no hay Feria Ticket.

Roxana tuvo el mismo problema. Pero como ella era de Santiago, fue a un local, le devolvieron la plata y le reimprimieron la entrada.

En el caso de que alguien no sea de Santiago, como Andrés y le hayan cobrado de más, Jimmy asegura: “Son varias las variantes que pueden haber”. Es diferente si recibió la entrada por correo o la recibirá en el recinto. “Habría que ver el detalle fino”, reflexiona. Hay que investigar, revisar el número de la orden, la boleta, “to’o el cuento”.

Hay varias posibilidades. Mientras esté en Santiago, Andrés puede ir a un local o al Teatro mismo y reclamar por su descuento. Jimmy sentencia: “Si la norma es el 20%, se le respeta el 20%”. Andrés aún puede recobrar su plata e ir a escuchar a Dolores en el Caupolicán.

Me viste morir

Hoy me viste morir otra vez. Yo te miraba desde lejos. Todo estaba nublado. Tenía los ojos bien abiertos. Parece que se me notaba que estaba asustado. Tú me mirabas y cada vez se te ponían más brillantes los ojos. Qué pena que me vieras así. Yo tan flaco y tan pelado, con cara y cuerpo de muerto. Estaba sentado no sé dónde y no sé por qué, tenía el pecho descubierto. Un hilo de sangre brotó del centro de mi frente. Como un disparo silencioso. Un disparo iluso. Un disparo que era un pretexto para morir.

Tú llamaste a tu mamá a gritos. Ella no venía. No te escuchaba. Y tú seguías gritando. Corriste hacia mí. Me abrazaste fuerte, como nunca lo habías hecho, pero como siempre habías querido hacerlo. Yo quería devolverte el abrazo, pero mi cuerpo no respondía. Me abrazabas y llorabas como niña chica. Te aferrabas a mí, como si yo pudiera protegerte de todo. Pero no, no podía. La muerte me llevaba. Qué no hubiese dado yo por protegerte de lo que viviste hoy. Me viste morir. Otra vez. Aunque la primera no me viste. Sólo me tuviste muerto, inmóvil, inerte. Y hoy me fui otra vez. En tus brazos.

Tu mamá llegó y me sacudió. Me gritaba que despertara. Yo quería. Por un momento pensé que lo iba a lograr y vi una luz en tus ojos. Luego se pusieron opacos otra vez y supe que había muerto. En tus brazos. Llorabas como niña chica. Me hubiese gustado consolarte y decirte que todo iba a pasar, pero no. Tus gritos y tu llanto no me despertaron. La muerte sí que es irreversible. Sólo escapas de ella, para morir otra vez, como hoy. En tus brazos.

martes, 21 de agosto de 2007

Reportaje: Esperanza de vejez

Sí, sí... ya sé que tengo taller mañana y tengo que tener alguna cuña fascinante e increíble...pero estoy aquí, subo esto, que es un trabajo de Narración Escrita, con Constanza Mujica (muy persona ella...je). No sé si es reportaje, pero hagamos que sí.
Como que no sigo una línea de estilo siempre. Fíjese atento lector (porque yo sé que ud. está atento).
Esto LE llevaba un recuadro de indicadores demográficos...pero a esta hora no se me ocurre cómo dejarlo como foto y meterlo acá. No sé. Tenga paciencia, estimado.

Esperanza de vejez
La esperanza de vida en Chile ha aumentado en diez años desde hace un cuarto de siglo. Un 11,4% de la población tiene sobre 60 años. Un grupo que aumenta y que busca su lugar en la sociedad. María Isabel Bustos y Claudio Marín son un ejemplo del cómo y del cuándo.


Una mujer y un joven sentados frente a frente. Un bol lleno de empanadas fritas de queso y pimentón, una botella de Coca Cola Light de dos litros y medio y varios años de experiencia los separan. Ella es rubia y él tiene la barba con algunos pelos colorines. Ella tiene los ojos oscuros y él, claros. María Isabel Bustos y Claudio Marín son madre e hijo y la tercera edad es el tema de este almuerzo de domingo.

Según el Instituto Nacional de Estadística, la esperanza de vida en el periodo 2000- 2005, es de 74,8 años para los hombres y de 80, 8 para las mujeres. Hoy las personas viven cerca de diez años más que en el tramo 1975- 1980. María Isabel tiene poco más de 50 y dice que a su edad le quedan muchas cosas por hacer. Este año termina de estudiar Trabajo Social y pretende ejercer por lo menos 15 años productivos si Dios se lo permite así.

Envuelta en una chaqueta de polar negro con figuritas blancas, confiesa: “Me molesta que porque tengo poco más de 50 años, dicen ‘la vieja de 50 años’”. Después de haberse casado, separado y criado dos hijos, Cristián, de 34 y Claudio de 26, decidió buscar otra alternativa de vida. Considera que está aún en una etapa de la adultez, es una mujer sana y aún puede hacer algo más por su vida.

Con respecto a la situación económica en algunos años más, María Isabel dice: “Por eso mismo estoy pensando en esto po’”. Claudio, que come una empanada, carraspea y se tapa la boca con la servilleta. Mira hacia otro lado. Su mamá quiere trabajar para que cuando sea mayor sus recursos le permitan vivir con dignidad y no estar a expensas de nadie.

Claudio asegura serio que si su mamá lo necesitara él haría lo que toque en el momento. Si ella no tuviera pareja y se quedara sin plata, él le ayudaría. Afirma en tono grave: “Voy a mantenerla y Cristián también la va a mantener, entre los dos la vamos a mantener, si esa es la cuestión”. Su mamá interrumpe: “No corresponde. Claudio y Cristián van a tener su vida”. No quiere ser un cacho.

En el plato de Claudio hay algunos bordes de masa de empanada, porque no le gusta llenarse con masa sola. Él reconoce que no se llevaría a su mamá a vivir a su casa, a nadie. Él la metería en un asilo, de ésos que son no sé po’…a toda raja, donde no los tienen enjaulados. María Isabel reacciona: “A mí no me gustaría terminar en un asilo, ni tampoco ser carga yo para mi hijo”. Por eso quiere trabajar mientras pueda.

María Isabel dice que si su papá estuviera solo, ella lo llevaría a vivir a su casa. “Yo habría dejado todo botado, por lo menos por un tiempo y me habría traído a mi papá”, afirma convencida. Él vive con otra de sus hijas. Lo va a ver varias veces a la semana. En el verano lo lleva a El Tabo, porque sabe que le gusta mucho la playa. Y aunque María Isabel se queja de que igual es sacrificado, dice que hay que hacerlo, porque nadie más lo hace.

Según el último censo, la población de la tercera edad en Chile, es de 11,4%, es decir, cerca de 1.717.000 personas tienen más de 60 años. Hubo un aumento de alrededor de un dos por ciento, desde 1992. María Isabel opina que es bueno que las personas de su edad se planteen que hay tiempo todavía para hacer cosas, porque las expectativas de vida han aumentado. “Antes a los 50 años la gente se moría” y compara: “Hoy día a los 50 años recién en realidad empiezas a vivir la vida con la experiencia, tení’ todo en ese rato”.

La familia Bustos es longeva. El papá de María Isabel tiene 91 años y está bien de su cabeza, es autovalente todavía. Madre e hijo se preparan para una larga vida. Ella afirma: “Yo creo que yo voy a morir trabajando”. Siempre y cuando no se sacrifique mucho, porque dice que con el tiempo “a uno le vienen los dolores, que viene aquí, que viene allá. Uno tiene que prever esa, parte, la parte salud”.

María Isabel pretende contratar a una nana que la acompañe y ayude, pero quiere valerse sola. No desea grandes lujos. La plata la quiere para no depender de nadie, comprar lo básico y compartirla con otras personas que yo quiero. Dice que lo que la hará feliz será decir: “Voy a ir a ver a mi nana, le voy a comprar un abrigo, le voy a comprar las botitas que ella quería, en fin”. Espera ganar cerca de $500.000 y cotizar harto. Al preguntarle por la pensión que le gustaría, contesta: “Eso es relativo” y sigue: “A lo mejor, en 15 años $1.000.000 no va a ser nada”. Para ella serían suficientes 500 lucas al mes.

La Pensión de Vejez se calcula, según la Asociación Gremial de Administradoras de Fondos de Pensiones, con el 10% de la remuneración mensual de los afiliados mientras trabajan. Si María Isabel ejerce 15 años, ganando $500.000, obtendría una pensión mínima, en la que el Estado completaría el monto. De acuerdo al Instituto de Normalización Previsional, son $89.715 para las personas de menos de 70 años. Claudio opina que está bien, viviendo justo sí, ya que tiene pagadas las cuentas, porque su papá se encarga de eso. Agrega: “$90.000 para que coma una sola persona al mes está como bien…”.

Al hablar del futuro, Claudio sabe que su situación es un poco distinta a la de las personas de su generación: “Una persona de no sé po’… que tiene mi edad, son contadas las personas que cotizan”. Él cotiza en una AFP desde los 19 años. Y espera poder disfrutar cuando sea viejo de todo lo que ganará con esfuerzo. Quiere tener parcela, casa en la playa, un buen auto, una buena tele, una buena radio, un buen computador…

Además, quiere ser un viejo acompañado. No desea una familia chica. Prefiere las grandes, aunque todos se tengan mala y se anden pelando, porque dice que es rico estar con harta gente. “No me gustaría vivir agónico”, dice seguro. Eso para nadie es vida, ni para tus hijos ni para ti. No le gustaría quedarse solo, pero al igual que su mamá, no quiere depender por completo de alguien.

martes, 14 de agosto de 2007

Suicida frustrada IV

Hoy quiero morir, otra vez. Siempre quiero morir. Quiero que mi cuerpo se haga liviano. Quiero que mi cuerpo se disperse. Quiero que cada partícula tome una dirección diferente. Quiero que vayan tan rápido, que se desintegren y por fin, no queden restos de mí.

Eso sería lo mejor. Sí, porque no voy a agarrar un cuchillo para cortarme las venas o degollarme. Me da cosa intervenir mi carne. No me voy a tirar de un puente, porque le temo a las alturas. Además, quedas deforme al final. No voy a tomar pastillas, porque no me gusta vomitar y sudar y tener convulsiones. Quiero morir, pero con gracia. Desaparecer sería algo con gracia. Que me acuchillaran en la calle tendría su qué. Pasaría a ser una semiheroína, como ésas, que muestran en las noticias y va mil gente al funeral.

No sé. Hoy de nuevo me hice daño con puras leseras. Comí mucho, aumenté de dos a dos y media la dosis de las pastillas voladoras y llegué tarde a mi casa. Uuuuyy...sí, quiero morir, se nota que estoy súper decidida...Ja. Qué cobarde. No tengo valor para hacerlo de una vez y por eso voy de a poquito. Qué mierda.

Soy tan poca cosa. Una persona que vale tan poco, que ruego que me maten, porque me da miedo acabar con algo que en la prácticame pertenece: mi vida. Que por lo demás, no es un gran aporte al mundo, así que no estaría privando a nadie de alguna maravilla muy fascinante. ¿Por qué no me mato de una vez? Así dejaría de ver la cara de cordero degollado con que me mira mi papá. Y la cara de "escucha a tu papá", que pone mi mamá. ¿Por qué no viene ella y me para los carros?

Siempre le ha dejado todo el trabajo a mi papá. Incluso criarnos. Él no halló nada mejor que meterme en una burbuja para que no le diera problemas, como los tuvo con mis hermanas. Pero ellas hoy son independientes y se ven felices. En cambio yo, arrastro mis piernas de plomo, con grilletes en los tobillos. Me crió tan bien, que me da miedo salir de mi encierro y enfrentar la realidad. Qué bien. Me cagaron la vida y ahora yo me la sigo cagando. Por eso debería matarme, pero me da mucho miedo hacerlo.

Es que como persona, no valgo mucho.
Fotgrafía: http://agorafobiadepressao.planetaclix.pt

domingo, 12 de agosto de 2007

Crónica: Mercado Tirso Molina

A pedido del público lector, publico mi primera crónica de Taller I: Prensa Escrita, en la Universidad Católica. A mi profesor, el señor Cristóbal Edwards le gustó, pero le falta harto, haaaarto, según yo. Tuve suerte. Nota: 7.0.


Mercado Tirso Molina:

La nueva Directiva se calienta el mate con la idiosincrasia y Tirso 2.0

Los comerciantes esperan que el nuevo Presi, David Aguayo, no sea tan manilarga como otros. Por su litro, él está preocupado de que la constru del nuevo mercado no termine con las raíces del lugar y de poner paila a las necesidades de su gente.

El pasado martes 31 de julio, una redonda mujer se paseaba por el mercado Tirso Molina con un megáfono en la manopla. Chillaba como loro aplastado a sus cumpas de los locales vecinos que votaran. Es que ese día eran las elecciones de la nueva directiva. Tirso Molina es uno de los varios mercados de Estación Mapocho. Está antes de la Vega Central y es minorista. “Somos independientes de la Vega Central”, requetecontra- afirma el recién electo Presi, Deivid Aguayo.

Francisco José Moraga, dueño de un local de dulces, alega que no votó, porque “las directivas no hacen nada por los comerciantes”. Le molesta que armen puros cahuines, cahuines, cahuines. Por otro litro, Hilda Muñoz, de otro local de dulces, le dio el sí a Deivid, porque según ella, él no va a ser tan manilarga como los anteriores. “Yo creo que lo van a hacer bien, porque es gente nueva que viene con ánimos de trabajar”, afirmó. Loen Aravena puso su voto en Deivid, porque “es transparente y no es largo de uña”. Cassetteó que las directivas anteriores no hacían nada para lograr cambios.

El Presi, nuevecito de paquete, es dueño de un local de abarrotes, legumbres y hortalizas. Suelta que como él ya era parte de la directiva anterior, seguiría con la misma onda cuando asumiera, el próximo 22 de agosto. La directiva se dividirá en tres partes: una se encargará del proyecto de la constru de un nuevo mercado, otra trabajará con la Muni en los, reglamentos y patentes y una última, se dedicará a la parte social de Tirso.

Lo social le importa caleta al Presi. Quiere poner una comisión especial fija en una oficina que ponga paila a los problemas de la gente. También cantó clarito que le preocupa mucho mantener la idiosincrasia, la tradición y la simpatía de la gente del mercado.

Esas mismas cuestiones son las que el Presi quiere mantener cuando el MOP levante el nuevo Tirso 2.0, ahí mismo. Deivid cuenta que cuando se hizo la concesión de la Costanera Norte, Tirso iba incluido en el paquete. Así que en el billullo que pasó la Sociedad Concesionaria Costanera Norte S.A. iba incluida la obra Tirso 2.0. Pero pasó mucho tiempo y al parecer los de la Costanera Norte se hicieron los locos y le dejaron el cachito al MOP. Hoy, es el Director Regional de Arquitectura del MOP, Eliseo Huencha, encargado del proyecto.

Eli presentó una propuesta en la que los modelos de los locales no dejaban otra que fondear atrás las frutas, las verduras y la mercadería, todos los días a la hora de cerrar. Hoy los cumpas de la Tirso dejan todos los productos tal cual, bajan la cortina y calabaza, calabaza. “¿Nos conoce a nosotros?”, se pregunta Deivid, pensando en el arquitecto que aprobó ese modelo. Al tratar de conversar con Eli, o cualquiera de sus mandados, la cosa se puso color de hormiga. El Direc andaba en una reunión y cuando saliera de ésa, entraría en otra y así estaría todo el día.

Los planos están listos, pero el MOP y el mercado chocan en dos cosas: el modelo de local y los accesos para discapacitados. Según Deivid, se hicieron los lesos con ellos, porque en los planos no hay ascensores o escaleras mecánicas y la constru estará bajo el nivel del suelo. Sobre Tirso 2.0 habrá jardines y paseos peatonales, desde Avenida La Paz a Recoleta.

Cuando Tirso diga bueno ya, todos los comerciantes se irán con camas y petacas a Recoleta con Avenida Santa María, por lo menos por uno año o dos. Hasta que esté listo Tirso 2.0. Según sus cálculos, la constru debería estar lista para el 2009 ó 2010.

Lo que más le importa que no se pierda la idiosincrasia. Que no se pierda la chuchá, que según Deivid, es con gracia.


Busque las palabras que faltan, las faltas de ortografía, las comas que sobran, las expresiones que no se deben usar y las fuentes que deberían estar.

martes, 7 de agosto de 2007

Suicida frustrada III

Hoy sentí con más intensidad las ganas de morir. Nada de lo que decía era acertado. Parecía rebotar entre todos mis compañeros, que eran como firmes pilares. Y yo rebotaba y rebotaba. Mis ideas no eran acogidas en ningún pilar. A veces, no tenía respuesta.

Sentí ganas de desaparecer. La gente en la calle me empujó y no me cabe duda de que lo hicieron a propósito. Lo hicieron, porque les molestaba mi presencia, aunque no me conocieran. Hablé contigo y tú no querías nada. Y yo te volví a suplicar. Después vino la culpa y la vergüenza de la humillación y quise morir.

Todo lo que está mal entre nosotros es mi culpa, porque yo soy rara. Y me humillo a mí misma, porque me arrastro para que me recibas de vuelta. Lo hago una y mil veces, aunque siempre me digas que no.

Salí y de clases y me sentía perdida. No sabía dónde ir. De qué servía llegar a mi casa, si allí también reboto y no tengo acogida. Y no me entienden. Hacen esas preguntas forzadas, como para que yo piense que se interesan por mí. Preguntan por la U, las notas, los amigos y el amor. Así, de rompe y raja. Si nunca hemos hablado, cómo pretenden que les cuente mi vida resumida en la media hora de cena.

Yo sé que tú papá, te esfuerzas, pero es tarde. No te preocupaste de saber de mí cuando era chica y ya no siento natural tener un lazo contigo. Sólo me mirabas, me tenías en una burbuja, porque yo era la que necesitaba más protección. No me dejaste hacer nada por mi cuenta. Siempre estaba todo hecho. Me impusiste una personalidad. Nunca te preocupaste por averiguar si efectivamente ésa era mi forma de ser. Pensaste que con sólo trabajar, yo me iba a transformar como si nada en alguien. En alguien feliz.

Cómo voy a ser feliz hoy, si veo a mis hermanas, todas con un camino recorrido. Con logros, con problemas que han podido solucionar, con amigos, enemigos, ¡ellas tienen vidas! A mí no me dejaron hacer una. Soy grande y todavía le tengo miedo a la gente. Cuando me logro acercar a alguien me aferro tanto que luego no puedo estar sola.

Quiero morir. Me compré un Mantecol, una barra gigante de cobertura de chocolate, unos Belmont Ultralight de cajetilla blanda, tomé dos pastillas de ésas que te hacen olvidar el mundo un rato y empecé a caminar por Alameda. Flotaba. Las luce eran lindas. Y llegué a Santa Lucía, con mi cobertura en una mano y un cigarro en la otra, sentí un bocinazo y pensé que ojalá el huevón me atropellara y terminara de una vez toda esta porquería. Pero no. Tuve mala suerte y frenó. Gritó algo que no entendí, pero me dio lo mismo.

Seguí caminando y roía mi gruesa cobertura de chocolate. Le pegaba una piteada al cigarro. Qué me importaba el azúcar y la nicotina. Qué me importaba la hora y los patos malos. "Que hagan lo que quieran", pensaba. Me puse con alguna dificultad los audífonos del pendrive y empecé a escuchar "Discojapi" de los Chancho. Qué me importaba lo que pensaran los demás de lo que yo hacía. Mejor que fueran a hacerse sus propias heridas. Para qué miraban las mías.

Yo me daño, para castigarme, no para que los demás me miren. Tropecé con un perro en la Moneda y quedé de rodillas en el suelo. Nadie paró a ayudarme. Sólo me miraron. Eso es porque les molesta mi presencia, porque soy débil e hijita de papá. Se me nota. Yo sé. Hay algo en mi cara que lo dice. Pensaba que sólo quería morir.

Lo que más rabia me da ahora, es que siempre termino comprobando que soy débil y cobarde y que no me voy a matar, porque no me atrevo. Me da rabia. Miro el Mantecol, aún en la mochila y pienso en que llegué a las 11 a la casa y salía de clases a las tres. No había nadie. Nadie tampoco me llamó. Así de preocupados estaban. Abro mi gorda barra de grasa y empiezo a comer, mientras me engullo dos pastillas más de ésas que te dejan como vola'o. Filo, qué importa. Todavía no ha llegado nadie y cuando lleguen voy a estar durmiendo.

Qué fácil es negar que quiero morir.

viernes, 3 de agosto de 2007

Suicida frustrada II

Tú piensas que yo no me doy cuenta. Piensas que nadie te ha descubierto. Bueno, la verdad es que sé que lo que quieres es morir. Sé que tratas de hacer como que no pasa nada. Pero yo te conozco desde siempre, desde que eras chiquitita.

Siempre fuiste calladita. Te gustaba observar todo. A veces estabas tan absorta en la escena que mirabas que se te caía la saliva. Yo me reía y te limpiaba. "Mi pajarita...", te decía yo. En ese momento despertabas y preguntabas cosas sobre lo que veías. Que por qué el tiene un carrito, que qué es eso redondo y qué es eso que sale de ahí y que por qué los árboles quedan pelados.

Eras calladita y tranquilita, pero eras feliz. Lo sé, porque cuando veías algo que te llamara la atención, te brillaban los ojos. Cuando me mirabas y me sonreías, tu cara se llenaba de luz. De paso me dabas energías para seguir trabajando como siempre por tí, tus hermanas y tu mamá.

No sé qué pasó. Hoy miras al sol y tus ojos siguen opacos. Me sonríes, tratando de engañarme y hacerme creer que estás bien, pero tus ojos y tu rostro no se iluminan. Tampoco me dan la misma energía de antes y cada día me siento más cansado. Tengo que seguir trabajando por tí. Tus hermanas están bien, van por buen camino, pero tú fuiste siempre la más débil.

Parecías un pollito cuando eras chica. Siempre te enfermabas y tenías que estar en cama muchos días para mejorarte. Aunque faltabas harto al colegio, te iba bien, porque estudiabas mucho. Hoy, que ya eres grande y estás en la universidad, te sigues esforzando por ser la mejor y porque no se note que no quieres vivir. Sigues haciendo deporte, para que no se note que no te importa nada.

Yo te escucho desde la pieza por las noches, como rondas la cocina, buscando qué echarte al estómago. Me parece que tratas de hacerte daño. Algunos momentos parece que quisieras deformarte y hacerte una bola de grasa y azúcar y otras parece que quisieras castigarte y no comes nada. Te he visto botar el pan con queso que te llevas para comer camino a la u por las mañanas, en el basurero grande que hay afuera. Esos días, cuando llegas a la casa, dices que ya comiste. Yo sé que no, porque tu cara está más pálida y tus ojos más opacos que de costumbre.

No sé por qué sufres. Quiero saberlo, para poder ayudarte, pero no me dejas preguntarte nada. Te irritas cuando quiero saber más allá de tus notas en la universidad. Quiero ayudarte a querer vivir. Quiero que seas feliz, porque para eso te trajimos al mundo: para que seas feliz.