No quiero nada. No tengo ganas de nada. Siento que entrego mucho y recibo poco. ¿Está mal querer recibir algo? Siento que acompaño mucho y me abandonan más. Siento que me dicen cosas, pero demuestran otras. Que no importa todas las preguntas que haga, no hay respuestas. ¿Cómo se puede confiar?
Siempre esperando, siempre al final. Al final, la vida sigue igual.
viernes, 15 de enero de 2010
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